miércoles, 15 de octubre de 2014

EEUU Vs España Vs Ébola


En estos últimos días vengo observando las comparaciones, en el asunto del ébola, con Estados Unidos. Comparaciones para insistir en lo mal que lo estamos haciendo nosotros. No deja de resultarme curioso que mucha gente de la que sigo en redes sociales y personas de mi entorno, ideologías a parte (aunque si, de mayoría zurda), resalte que en tierras americanas se ha respondido en hora y media a la alerta generada por el contagio y, gracias a Dios, no se ha matado ningún perro. Bien, es que estamos hablando de que lo que han hecho es lo que hay que hacer, como hay que hacerlo y hecho desde el sentido común. ¿Hasta qué punto hemos llegado que alabamos que simplemente se haga lo que se tiene que hacer? ¿Tanto nos hemos acostumbrado al despotismo, a la cara dura y al mal hacer de nuestros dirigentes que cuando vemos que en otro país se hacen las cosas correctamente nos parece algo extraordinario? Es muy triste esto…


Por otro lado, la misma gente que ahora alaba la gestión en este asunto de los estadounidenses son los mismos que llevan clamando al cielo por las barbaridades cometidas por éstos durante gran parte de la historia. Sin embargo ahora salen llamando “heroic person” a la enfermera y deciden no sacrificar a su perro, con lo que les gustan a ellos esas actuaciones cinematográficas de cara a la galería, y son poco menos que el ejemplo del buen hacer. Y todo porque, en comparación, nosotros quedamos en ridículo. Señores, no hace falta destacar lo normal para evidenciar lo extraordinario. Y lo extraordinario aquí no es que Estados Unidos haya actuado correctamente, o lo que suponemos que es correctamente, si no la penosa gestión del gobierno español. Y por desgracia esto también está dejando de ser extraordinario. No hay que justificar la crítica a lo que está mal hecho con el ejemplo de los que han hecho lo correcto. Lo que se ha hecho en España es una barbaridad, independientemente de lo que haya ocurrido en Estados Unidos, Madagascar o la Guyana Francesa.


Cuando a principios de año estalló el primer pico de ébola, Médicos Sin Fronteras avisó de que había riesgos de epidemia, de que era posible que se propagase a más países y que había que tratar el tema con suma delicadeza. Mientras tanto aquí nos dedicábamos a desmantelar el Hospital Carlos III, un hospital que era referencia en lo que a enfermedades infecto contagiosas se refiere y que acabó siendo un centro para pacientes de media y larga estancia. Primer error.

El segundo llega con la repatriación del misionero español. Una decisión claramente electoralista, dado que buena parte del electorado del actual gobierno es afín al catolicismo. ¿Se habría repatriado a un ciudadano “normal y corriente”? Seguramente no tengamos nunca respuesta a esto, pero las evidencias son claras. Pero a lo que íbamos, con esta decisión, a mi juicio electoralista, lo que conseguimos es traer un virus, con un altísimo porcentaje de mortalidad entre los que lo sufren, a España. Sin ningún tipo de preparación, sin organización y sin criterio alguno. ¿No habría sido mejor, y más sensato, llevar allí todo lo necesario y ya de paso ayudar a los autóctonos que están muriendo a millares? Claro que no, lo que pase en África, mientras a nosotros no nos toque, no es de nuestra incumbencia. Pobrecitos, si, pero lejos…

Y pasó lo que tenía que pasar. Que una de las auxiliares (muy importante esta palabra para recalcar su falta de conocimientos) de enfermería se contagia. ¿Realmente alguien creía que,
por mucho que insistiese el gobierno en que todo estaba bajo control y que todos los protocolos se estaban siguiendo a rajatabla, no iba a pasar nada? Era cuestión de tiempo, y solo con ver a ese hombre bajando a pecho descubierto del avión en el que transportaban al misionero o los trajes de seguridad remendados con cinta aislante, la radiografía de este esperpento está clara. Y todavía tendremos que dar gracias por que no se den más casos. Al gobierno, claro, por su eficacia a la hora de manejar todo esto.

¿Y ahora? Pues resumiendo, tenemos la tan cacareada Marca España: a la misma ministra incompetente que se resiste a dimitir, a un gobierno que no la cesa de su cargo y que pretende cargar las culpas a la auxiliar y, seguramente, a laboratorios y farmacéuticas en connivencia con éste frotándose las manos ante la perspectiva de hacer caja. Eso por no hablar de la falta de información y la desinformación vertida por los medios afines al partido gobernante, el asesinato de un perro sin ni siquiera plantearse cualquier otra opción que esa o las constantes denuncias de los profesionales sanitarios en cuanto a los fallos en los protocolos que se están dando por la falta de infraestructuras, material e información. Todo muy bonito y muy bien pensado, sí señor.

Al final una cosa está clara, Estados Unidos ha hecho lo correcto, lo que hay que hacer en estos casos, pero claro, al lado de nuestro esperpento vemos poco menos que a Dustin Hoffman en Estallido intentando salvar a la población. Mientras, el gran ganador de todo esto sigue siendo el ébola, que continúa llevándose por delante a millares de personas en África sin que desde ningún gobierno de occidente se mueva un dedo. Eso si, para repatriar al misionero ponemos todos los medios posibles. Una hipocresía que parece no sonrojar a nadie y que al final acaban pagando los de siempre.

2 comentarios:

  1. Como no me permite el sistema poner todo el comentario de golpe, lo voy a dividir en dos partes.


    Diría que estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Sin embargo (lo siento, es una costumbre), me gustaría hacer alguna puntualización que lejos de intentar corregir lo dicho, pretende ampliarlo.
    Cuando comentas eso de “hacer lo correcto” me vienen varias cosas a la cabeza y más aún en este caso concreto.
    La primera es que es cierto que los EEUU están haciendo algunas cosas mejor que las ha hecho España, pero diría que por un lado nosotros hemos incurrido en errores que ellos (salvo estupidez extrema, que todo podría ser) ya no van a repetir. Con el revuelo del perro Excalibur (luego volveré a ese tema) y dadas las críticas vertidas, sería de rematados idiotas perder la ocasión que hemos perdido aquí, así que en lugar de sacrificar a su Excalibur particular, lo estudian.
    Por otro lado, si bien los yanquis saben bastante más que nosotros de enfermedades infecciosas, eso no les ha evitado tener dos contagiados a pesar de las críticas vertidas a España (ojo, ni es un orgullo tener un solo infectado ni me alegro de que allí haya más, las personas son personas tengan la nacionalidad que tengan y no me alegra que sean de allí en vez de aquí), pero a veces hay que ser menos prepotente, porque si hace unos días Obama hablaba poco menos que de que había que cerrar las fronteras con los países afectados (aludiendo a España entre otros), ahora podríamos decir que debemos hacer lo mismo con respecto a los vuelos que vienen de EEUU y ambas cosas me parecen una estupidez porque no se trata el tema de raíz.
    Y a lo que iba en este primer punto es a que “lo correcto” no necesariamente significa “lo bueno”. Me refiero a que lo que entendemos por correcto está relacionado con una serie de normas sociales y sólo sirve para descarga de las personas. En la Edad Media quemar brujas era lo correcto y muchos llegaban a denunciar a sus vecinos o sus parientes apoyados en esa corrección. Otra cosa es los que eran conscientes de la barbaridad de eso y lo hacían, que también los había.
    ¿Qué es hacer lo correcto en este asunto? Pues ni idea, pero creo, como tú apuntas, que evitar el “paciente cero” hubiera sido un buen punto de partida. En este caso España no lo hizo bien por ciertos acuerdos con ciertos sectores clericales. EEUU la fastidió por otro tipo de patosidad. La verdadera pandemia es la estupidez.
    Espero sinceramente que EEUU esté aprendiendo de los errores cometidos en esto a lo que llaman mi país, pero conociendo al género humano, llevarán a cabo sus propios errores. Que Dios nos coja confesados.
    Y como decía antes, vuelvo al tema del perro. Habría mucho que hablar, porque si bien reconozco que he firmado y promovido la firma contra lo que considero una estupidez humana, científica y veterinaria y una falta de la más básica sensibilidad, a veces pienso que el destino del pobre animal quizá hubiera sido peor en un cuartucho sellado, medio atontado, lleno de electrodos, con no sé cuántas analíticas al día y un termómetro introducido en el recto veinticuatro constantemente. Aún así creo que no debemos erigirnos como dueños del momento de la muerte de nadie, ni de los animales.

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  2. ...(continúo)


    Y lo que me resulta muy curioso y me alegra, es que se decida mantener con vida a un animal en un país que tiene como orgullo la pena de muerte y que permite las armas en las calles. Quizá sea un paso a otro tipo de sensibilización, ojalá. No sé… igual es miedo… o egoísmo…
    Volvería a hablar del tema de la repatriación, pero ya se ha dicho mucho de eso. Salvo una cosa que nos deshonra como país (vaya, otra más). La famosa Hermana Paciencia, una monja negra que no se sabía si iba a ocupar un lugar en algún hospital español junto al primer misionero y que fue rechazada por “nuestro” gobierno porque no tenía pasaporte para ser aceptada por la élite ibérica… a la que luego se recurre para pedirle un plasma sanguíneo que colabore en el tratamiento de la primera persona española contagiada ¿no se nos cae la cara de vergüenza? A mí sí… a otros me parece que no.
    Venga, seguimos. La auxiliar de enfermería se contagia. Cierto es, como dices, que un auxiliar de enfermería no tiene los mismos conocimientos que un enfermero y menos aún que un médico. Pero en este caso, la preparación para esta situación de alto riesgo no la tenían (y no sé si ahora la tienen, no me hagas pensar mucho) ninguno de esos cuerpos sanitarios. Le tocó a ella porque al fin y al cabo, un auxiliar de enfermería es el encargado de limpiar al enfermo. Le podía haber tocado a un enfermero que es quien pincha o a un médico que es quien le coloca el depresor lingual y le dice “diga treinta y tres”, pero el auxiliar tiene más papeletas porque le limpia vómitos, le cambia pañales y cosas así. De hecho el médico que trató a la auxiliar no las tenía todas consigo y se presentó voluntario para ponerse en cuarentena. Además de un acto que le honra, es un acto de aviso. Aquí no saben ni los que deberían saber.
    Y para finalizar, aunque podría seguir dando vueltas al tema, dices que “pagan los de siempre”. Pues sí, y porque somos unos estúpidos egoístas (valga la redundancia). Porque a la mayoría de los habitantes de este santo país les importa un pimiento que (perdonad la crudeza) se salve la auxiliar o no mientras no les toque a ellos. Si hacemos un papelito en el que diga que “si firmas aquí la auxiliar se muere pero tú te salvas” ¿creéis que a muchos les iba a importar la vida de esta mujer tanto como parece? Dejemos de ser hipócritas. La mayoría de los habitantes de este país está deseando que se salve la auxiliar porque eso significa que el ébola no es tan mortal (como sepan que hay varias cepas la hemos fastidiado) y porque a partir de ahí tendrá anticuerpos para ayudar en futuros casos, quizá el mío… ni humanidad ni nada, puro egoísmo.
    Porque sin menospreciar a una profesional que se presenta voluntaria para bregar en un caso así ¿alguien se ha acordado de la cantidad de africanos que llevan muriendo casi cuarenta años? ¿es que ellos no tienen padres, madres, hijos, hermanos… ? debe ser que no. Son negros.

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Equipo 3F.